top of page

NUESTRA HISTORIA

Nuestra historia se inicia en la noche del Domingo de Ramos del año 1212 cuando una joven de Asís, en el corazón de Italia, llamada Clara Favarone, se fuga de la casa paterna. Ayudada por Francisco y sus hermanos hace su consagración a Dios en la ermita de Santa María de los Ángeles. Poco tiempo después, se establece con las primeras hermanas en el Monasterio de San Damián donde tiene lugar su plena incorporación a la familia franciscana.

La luz de la vida evangélica de Clara de Asís se extendió con rapidez, muchos fueron los Monasterios que se fundaron a lo largo de los siglos.

El 15 de noviembre del año 1655, llegaron a Madridejos las primeras hijas de Santa Clara procedentes del Monasterio de San José de Alcázar de San Juan.

La Historia de la Fundación no estuvo exenta de innumerables dificultades.

 

Tuvo su primera inspiración en la beata Magdalena de San Juan, en el año 1619, que quiso donar todos sus bienes para la fundación de un Monasterio, según ella misma lo expresa en el castellano de la época:

“A mucho tiempo que yo e tenido y tengo deseo y voluntad de ser monja profesa de la orden de Santa Clara recoletas, y que para ello se funde un monasterio en la dicha religión y acabar mi vida como tal religiosa, y que esta villa consiga tan grande bien como tener un monasterio donde se sirva a Dios nuestro señor y a su Bendita madre”

La beata Magdalena de San Juan no pudo ver cumplidos sus deseos fundacionales, fueron su sobrino, Don Francisco Gallego y su mujer, Doña María Vázquez de Neyra los nuevos fundadores y patronos.

Desde aquel 15 de Noviembre de 1655, fecha de la fundación, han transcurrido más de tres siglos de historia. Generaciones de hermanas han dado vida, o mejor han dado la vida en este lugar bendecido por Dios y marcado con la señal de la cruz.

Una comunidad que sigue dando vida

Una comunidad que sigue dando vida

Sí A La Vida

La guerra civil española hizo estragos irreparables. Las hermanas fueron expulsadas, algunas fueron acogidas por familias del pueblo o familiares. El convento fue saqueado, sus paredes albergaron a cuatrocientos evacuados. El archivo conventual y buena parte de la biblioteca y objetos de culto y de valor se perdieron.

Al finalizar la contienda regresaron las hermanas. Fue para ellas desolador descubrir el estado de deterioro de su amado Convento, buena parte derruido, todo saqueado y sucio. Dada la falta de recursos, la primera idea de las hermanas fue cerrar la presencia clariana en Madridejos e incorporarse a otras comunidades en mejor situación.  Esa noche no pudieron dormir. Reunidas de nuevo, y después de celebrar la Eucaristía y orar, las hermanas ven con claridad el deseo de Dios de permanecer en Madridejos y no cerrar esta casa de oración que tantas gracias había derramado y tenía que seguir derramando en el pueblo de Madridejos, en la Iglesia y en el mundo. Las hermanas se pusieron manos a la obra y ellas mismas con la ayuda generosa de vecinos y las limosnas que la providencia les otorgaba se entregaron a la tarea de levantar el edificio conventual.

En el año 1940 se establece un colegio de primera enseñanza y labores. Niñas y jóvenes de varias generaciones se educaron al calor de las hermanas, de ellas aprendieron no solo letras y bordados, también valores esenciales y experiencia de vida.

Transcurridos los años, en 1984, el entonces Cardenal de Toledo, Don Marcelo González Martín, viendo el estado de penuria de la Comunidad por el deterioro del edificio conventual, y vislumbrando con esperanza el futuro de la vida contemplativa en Madridejos a raíz de las nuevas vocaciones que surgían, anima a las hermanas a emprender las obras de remodelación de todo el edificio, comprometiéndose él mismo con este proyecto. Compromiso que asumió otorgando donativos y solicitando la ayuda del arquitecto dominico P. Francisco Coello de Portugal.

Escuela de las hermanas
Hermanas con las chicas
Niñas de la escuela

Durante años las hermanas aprendieron a convivir con polvo, ladrillos, albañiles, pintores… y aunar su vida contemplativa con la tarea a veces nada fácil de llamar a las puertas de la Providencia, cada fin de semana, postulando en parroquias de Madrid y alrededores.

 

Por fin, el 25 de abril de 1993, se inaugura y bendice el Convento remodelado y la Casa de Espiritualidad. 

En el año 2016 se incorporan a nuestra Fraternidad las hermanas del Monasterio de Santa Clara la Real de la Ciudad de Toledo. Con las hermanas acogimos la custodia del monasterio, un edificio valioso muy rico en patrimonio e historia que abre sus puertas a todo el que desee visitarlo.

En el año 2020 se incorporan las hermanas del Monasterio Virgen María de la localidad toledana de Ocaña.

Sostenidas en fidelidad y confianza en Dios

a través de una entrega gratuita.

¡Y la Vida sigue floreciendo! La luz de Clara de Asís se perpetúa en cada una de las hermanas que hoy formamos la fraternidad. Juntas tejemos el tapiz de nuestra vida, que expresa con sus más bellos hilos la historia de un amor apasionado por el Señor “el más bello de los hijos de los hombres” y por la humanidad a la que cada día somos enviadas.

bottom of page